Una mística “de ojos abiertos” como camino para la educación transformadora.
La Cátedra Enrique de Ossó organizó la X Cátedra Enrique de Ossó del 17 al 19 de enero.
La “Universidad de la Mística” acogió la X edición de la Cátedra bajo el título “De los sentidos al corazón”; con la Propuesta Educativa Teresiana de la Compañía de Santa Teresa de Jesús de fondo, se abordaron distintas ponencias y propuestas para seguir apostando por una educación que apunte a la reconstrucción del tejido social desde el proyecto de Jesucristo.
La Cátedra, que pudo seguirse tanto de forma presencial como online, contó con distintos enfoques que se complementaron, urgiendo a los participantes a dejarse afectar por nuestro mundo y comprometerse con él.
En la inauguración, el director del Cites, P. Jerzy Nawojowsky, ocd aprovechó para agradecer tanto al nuevo equipo organizador de las jornadas de la cátedra, como al saliente, su compromiso por llevar adelante el convenio establecido hace ya diez años. Ana Fuentes coordinadora del equipo agradeció y presentó el tema.
La primera ponencia “Que Dios ilumine su rostro y te sonría”, corrió a cargo de Marta García, hnsc de la Universidad Pontificia de Comillas; a partir de numerosos textos desarrolló que el principal acceso al corazón de Dios en la biblia es el sentido de la vista. La mirada expresa sus sentimientos más profundos por el ser humano, una mirada que no sólo es transformadora, sino también educativa, en cuanto enseña a mirar.
El sábado 26 comenzó con la intervención del jesuita Alberto Ares del Servicio Jesuita de Refugiados, titulada “Contemplativos en la acción: Un despertar de los sentidos que toque nuestro corazón”; desde muchos años de experiencia en el mundo de la migración, invitó a un despertar de los sentidos para experimentar que el encuentro con la realidad puede er un punto de partida para una experiencia espiritual transformadora tanto a nivel personal como social, ofeciendo un camino de esperanza. A continuación, Isabel Ferrando, del Equipo de comunicación de la Compañía de Santa Teresa de Jesús, ofreció una vital ponencia con el título: “Teresa de Jesús, una contemplativa abierta a la realidad”; un recorrido de la mano de sus escritos para adentrarse de la mano de Dios en su interior, y a la vez, con todo lo que la rodeaba. Por la tarde, intervinieron Joan Quintana y Silvia Penón del Instituto Relacional de Barcelona; ofrecieron a los participantes un diálogo bajo el título “Reconocer a los otros: La danza del amor y los límites”, a través del cual compartieron que el poder transformador de la educación parte del reconocimiento, y se basa en unas relaciones que legitiman y visibilizan a la otra persona, haciéndola sentir únicas y parte de la sociedad. El resto de la tarde, los participantes asistieron a dos talleres basados en la Propuesta Educativa Teresiana que les llevó a experimentar la mística de la educación teresiana que se basa en los sentidos como camino de encuentro con uno mismo, con los demás y con Dios; los talleres se centraron en “percibir el aroma de Dios” y el “gusto por el encuentro”. Finalizó la jornada con la participación del Grupo musical Pilar de la Sota de Salamanca, que ofrecieron la “Cantata de las migraciones”; mediante la música, la poesía y la oración, invitaron a “tocar el sufrimiento” de tantas personas migrantes de nuestro mundo.
El domingo, Mónica Robledo, miembro de la Familia teresiana de Gran Canaria, compartió la ponencia “Redescubriendo el corazón comprometido de Enrique de Ossó” en la que expresó cómo la vida de San Enrique continúa siendo inspiración para muchas personas que recrean su carisma en una forma concreta de sentir, ver, acoger y amar.
Finalizó la Cátedra, con un panel de experiencias que invitaba a “abrir los oídos” para que la realidad transofme la práctica educativa; en el panel interrvinieron Fran Zazpe de España y Gema Arias de México.
Como nos recordaba Ana Fuentes en el inicio de las jornadas el fin de la educación, en todas sus formas, es ayudarnos a ser profundamente humanos, y para esto hay que abrirnos a la realidad, escucharla, tocarla para que llegue al corazón y dejar que nos afecte.