Poniendo en relación los escritos de san Juan de la Cruz con el pensar poético de María Zambrano, comenzaremos haciendo una breve presentación de la  autora y un recordatorio de las claves del místico. Luego, en el horizonte del “dar cabida” al que apuntan los procesos de purificación nocturna, iluminados en Llama de amor viva, nos fijaremos en la metáfora del corazón como “vaso y centro”, clave de las reflexiones zambranianas, y desde ahí abordaremos el iluminado decir en el que convergen ambos autores. Las referencias  para María Zambrano serán  Claros del bosque y Notas de un método. Los recorridos sanjuanistas para este diálogo los tomaremos sobre todo de Cántico y Llama.

METÁFORAS DE LO CERRADO Y LO ABIERTO

Vaso y centro, la metáfora del corazón.

Para abrir y habitar: el hueco de la herida.

Escondimiento y huída: del éxtasis de Cántico a las cavernas de Llama.

METÁFORAS DEL HALLAR Y PERDERSE

El bosque, lo primigenio y/o lo místico.

Los sotos y las fuentes: Narciso perdonado.

MÉTODO Y GUÍA

Notas, discordancias, sombras

“Por la mucha necesidad que tienen muchas almas...”

Incipit vita nova, el dolor de amar.

Margen, frontera, abismo.

TODA CIENCIA TRASCENDIENDO

Más allá del concepto filosófico.

La voz del bosque: el clamor de la herida y el eco de las criaturas.

El iluminado decir: silencio, canto, donde respirar es amar.