Vamos a analizar los poemas de san Juan de la Cruz a la luz de su vida y de sus lecturas (la Biblia, los místicos renanoflamencos y franciscanos, el magisterio de Teresa, etc.) desde una perspectiva anagógica, vale decir, siguiendo el dictado del lema medieval que usara Dante para proponer una lectura de su propia Comedia, al modo en que se planteaba la exégesis y la interpretación del Libro Sagrado:

Littera gesta docet, quid credas allegoria.

Moralis, quid agas; quo tendas anagogia

La anagogía es una lectura que plantea la necesidad de concebir el poema como un todo no lineal, sino unitotal, autorreferencial y holístico, un conjunto en que cada nota (verso, imagen) remite al conjunto para ser explicada y viceversa: no como una sucesión de metáforas (lectura alegórica), sino como un florilegio interrelacionado de imágenes simbólicas que se expanden y actúan en todas las direcciones. Para ello, la lectura apela al ámbito ascensional y místico en que el poeta intenta desde ese ámbito de ruptura y transgresión llegar a decir lo que, en puridad, “no puede decirse”.

Programa

1.- Claves existenciales y poéticas de la vida de san Juan: Cantar de los Cantares, prisión y teoría del contrafacta.

2.- lectura anagógica del Cántico

3.- Lectura anagógica de la Noche, y la Llama

4.- Otros poemas: la Fonte, Entréme donde no supe.

5.- Conclusión expansiva.