SONETO DE TERESA J.
Calma un poco ese ruido que devora,
ralentiza este ritmo, esa locura;
busca la soledad, que el alma añora,
se un poco ingrato y huye de la oscura
tristeza, esa que todo deteriora,
haciendo de la vida una amargura,
interminable noche sin aurora,
que mata en desaliento y desventura.
Mira a tu igual, contempla en él la esencia
que oculta tras su pecho y, alza el vuelo
del lodo que corrompe la existencia.
En paz, anda tu senda que el consuelo
de la vida, es mirar con excelencia
todo el fulgor de Dios, en nuestro cielo.